Almeida recibe a Collboni para recuperar la "normalidad política" entre Barcelona y Madrid: "Ahora tenemos diálogo competitivo"

Madrid y Barcelona, Barcelona y Madrid, como el perro y el gato durante los últimos años, buscan ahora recuperar la normalidad institucional que merecen las dos ciudades más grandes de España. Para restablecer dichos puentes, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, ha recibido este martes en el Palacio de Cibeles a su homólogo en la Ciudad Condal, Jaume Collboni. Un gesto de la nueva etapa política que se abre entre ambas administraciones y que ha quedado sellado en una foto de los dos alcaldes, de diferentes colores políticos -PP y PSOE-, paseando junto a sus equipos por el recorrido que separa el Ayuntamiento del Ateneo, donde tras la cita celebraban un acto conjunto. 

"Este es un síntoma de normalidad", ha relativizado Almeida después del encuentro. Se trata de la primera reunión que mantiene oficialmente con un primer edil de Barcelona, puesto que en su anterior mandato no estuvo nunca mano a mano con la exalcaldesa Ada Colau. Este segunda legislatura será diferente. De hecho, "pronto" espera devolverle la visita. Porque "tenemos lo que se llama un diálogo competitivo, estar en diálogo pero sabiendo, lógicamente, que queremos estar siempre prestando los mejores servicios a nuestros ciudadanos. Atraer inversión económica y liderar debates como la sostenibilidad o la transformación digital", ha ahondado el popular, para quien la competencia "no es perjudicial".

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Collboni, que visitaba por primera vez la capital madrileña desde que llegó a la alcaldía el pasado mes de junio, también ha insistido en la necesidad de diálogo para hallar "puntos de encuentro y de apoyo mutuo" entre las "muchas diferencias" ideológicas que les separan. Como ha ensalzado repetidas veces, "Barcelona vuelve". ¿A dónde? "A ocupar el espacio que le corresponde en el conjunto del país y para ocupar la posición que le corresponde también en Europa", ha subrayado. Uno de los primeros pasos es resucitar la relación con el Ayuntamiento de Madrid, como ya expresó a inicios de este mes.

Pisos turísticos, movilidad, Ley de Capitalidad...

En la reunión, que se ha alargado casi una hora en el despacho consistorial, han abordado los "problemas comunes" que padecen Madrid y Barcelona, como por ejemplo, el transporte público o la movilidad sostenible, para así poner en práctica "soluciones también comunes", ha revelado el regidor madrileño. Puesto que "solo quien gestiona una ciudad como Madrid puede entender la movilidad metropolitana de Barcelona", justificaba el regidor barcelonés. 

Rafa Albarran

Aunque en algunas cuestiones, como la política turística, sigan en las antípodas. Mientras los catalanes abogan por la tasa turística, un recargo que se cobra al visitante ­­­­para cubrir los recursos públicos que deja su huella, Almeida no es partidario de aplicar más impuestos. Por contra, ha anunciado que "en los próximos tres o cuatro meses" sacará adelante la nueva regulación de los pisos vacacionales, poniendo fin así al plan de hospedaje que alumbró Manuela Carmena en el anterior Gobierno. 

En un momento de la conversación entre los dos alcaldes ha salido a colación la Ley de Capitalidad, que Almeida quiere reformar a lo largo de su segundo mandato para que Madrid tenga más competencias en materia de financiación local, autonomía fiscal, seguridad o infraestructuras. En ese terreno, que requiere de la connivencia del Gobierno central y autonómico, Barcelona lleva varios años de ventaja, dado que iniciaron el "diagnóstico" de sus particularidades antes, como ha deslizado informalmente Collboni. Ante los periodistas, ha remarcado que la capital catalana necesita instrumentos jurídicos y fiscales "necesarios" para combatir los grandes retos. "El combate contra el cambio climático tiene costes y la transición ecológica tiene que ser justa", ha apostillado. Tras el cara a cara, han dado un paseo por el centro de Madrid, donde, como ha confesado, a "Almeida le han pedido todos los selfies". La competencia, en todo caso, no era perjudicial...